Llegaste por mano del
destino,
o porque, tal vez, los
dioses
así lo decidieron.
(Carmen Aguirre)
Llegaste
a mi,
sin
pedirlo,
cómo
juego de encuentros en el camino.
Conviertes
mi vida
en
una caja de sorpresas.
como
la magia que sale del sombrero de copa.
Entras,
dejándome
ante un juego de palabras mudas,
de
un “te quiero” en silencio,
de
un que nadie me sepa
Más,
me siento oculta y plena
en
un billete de ida sin vuelta.
Se
instalan tus besos,
como
en una prisión
donde
solo tú,
tienes
la llave de mi celda.