martes, 20 de septiembre de 2016

No te escondas, no juegues, no vueles

No te escondas, no juegues, no vueles

que las alas las tienes cortadas para morir

en el encuentro encubierto de tu abismo.

La manta de la mentira te envuelve

escogiendo tu voz como sonido

lúgubre y mortuorio de la desdicha.


Eres la sombra de lo que fuiste,

la hoja caída de un árbol tronchado,

como desaparecer conociéndote

en el estiércol del basurero,

como isla desierta en medio del océano.



Algún día, resurgirás con esperanza.

-o quizás, no-

en el camino invisible, en la vereda

que impasible, guía a tu sombra.


Te descubrí sin ganas, con apatía

 luego, en mi camino, tu cuchillo


rompió mis remos abiertos

sin entrar en batalla.
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4 comentarios:

  1. No soy yo quien a ti te gustaría que te leyese; pero, aún así, a mí me gusta leerte.

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  2. No soy yo quien a ti te gustaría que te leyese; pero, aún así, a mí me gusta leerte.

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