No te escondas, no juegues, no vueles
que las alas las tienes cortadas para morir
en el encuentro encubierto de tu abismo.
La manta de la mentira te envuelve
escogiendo tu voz como sonido
lúgubre y mortuorio de la desdicha.
Eres la sombra de lo que fuiste,
la hoja caída de un árbol tronchado,
como desaparecer conociéndote
en el estiércol del basurero,
como isla desierta en medio del océano.
Algún día, resurgirás con esperanza.
-o quizás, no-
en el camino invisible, en la vereda
que impasible, guía a tu sombra.
Te descubrí sin ganas, con apatía
luego, en mi camino, tu cuchillo
rompió mis remos abiertos
sin entrar en batalla.
.
No soy yo quien a ti te gustaría que te leyese; pero, aún así, a mí me gusta leerte.
ResponderEliminarNo soy yo quien a ti te gustaría que te leyese; pero, aún así, a mí me gusta leerte.
ResponderEliminarMe encanta que me leas,Paco
ResponderEliminarMe encanta que me leas,Paco
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