El
mar es la cuna
que
mece al niño en la deshora,
la
arena como sábana que protege,
arropa
su trágico fin.
Las
caracolas le cantan su nana,
las
olas columpian hasta morir,
el
niño duerme su eterno sueño.
Delirios
del día,
trágica
noche,
tumbas
vacías
de
muerte anónima,
de
un ruin abandono
envuelto
en harapos.
Humanidad
mira,
Humanidad
silencia,
Humanidad
otorga,
Humanidad
no aprende
que
la Utopía se congela
frente
a una fotografía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario