Estoy harta
de sentir tu respiración
detrás de mi cogote,
de que tu sombra roce la
mía.
de tus humillaciones
jubilosas,
de tu mirada socarrona,
de la batalla continua,
de tu voz que suena a
murmullo del silencio en un parque de atracciones,
de que el teatro repita
siempre la misma obra,
tu vacilón enquistado.