viernes, 2 de mayo de 2014

El tic, tic, tic, toc.

Está a mi lado, 
lo miro.

Mueve su cabeza
muchas veces,
Mueve su hombro
muchas veces.

Sé que al final,
le dolerán sus miembros.
Sé que al final,
callará.
Cada silencio,
es tortura húmeda
en mis ojos,
corazón rajado
por una daga.

Sólo sé que lo amaré,
hasta el final de mi vida,
sonando música de cornetas
en la luz de sus manos.

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