Mírame,
Jaime, mírame
aunque
no me refleje en tus púpilas.
En
tus ojos negros,
aún
siento que la Esperanza vive
mas esté al final de la playa,
en
mil batallas perdidas.
Al
sosiego de tu mirada,
recuerdo
la infancia que tuve,
jugada
entre las nubes,
dormida
en un cine.
Sonríeme,
Jaime, sonríeme,
como
lo hace la Luna al Sol,
cuando
amanece.
Empieza
un nuevo día,
empieza
tu vida,
sonríe,
Jaime, sonríe.
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