En
esta soledad y lágrima,
de
quien siente la esencia
de
lo que se fue,
en
la desesperación
de
lo injusto.
Mientras
se concilia el sueño,
te
recuerdo en la nobleza
de
tu entrega,
en
el vacío hueco
de
tu ausencia.
No
estás
pero
te siento dentro.
Mis
ojos no aprecian
tu
presencia,
pero
estás en cada uno
de
nosotros,
viviendo
la vida,
de
otro modo,
con
otra forma,
tranquilo
y puro,
como
lo que eras.
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