Girada sobre el filo
de la cama,
como sentir las garras
de un ave
clavadas en las puntas
del tejado.
Aquí en esta oscuridad
sentida,
la luz de la mesilla es opaca,
creo que tengo el alma
arruinada,
igual que mi pluma, desairada.
Mi corazón humillado
lo pongo
en el cuenco de las
manos
donde no ha florecido
el Amor,
en amarguras que da la vida.
El agua aborda el filo
de mis ojos,
la pena de puñales clavados,
en esta lumbre
empobrecida.
Mientras oculto dolor engañado,
guardado en un sonrisa.
Es un poema precioso, pero a su vez, es muy triste, pues se ve que aún duele ese amor que no se ha olvidado.
ResponderEliminarVanesa, el Amor en todas sus formas. .no es un poema de amor explícito
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