Me niegas cuando puedes,
el puedes es siempre,
el siempre es constante.
Más,
el suspiro se hace
silencio
en el tono grave de tu
voz.
Por lo cual,
entraré a un
Quitapenas,
con ese vapor oloroso del
vino,
aliviaré tu ausencia.
Ofreceré vasos de licor
compartido,
en noche de luna negra,
donde otros como yo,
se marchitan entre
tinieblas.
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